Confundir
a la opinión pública, esa es la consigna
No es lo mismo
No es lo mismo, el
conflicto, planteado hoy a uno y otro lado de la cordillera de los Andes,
(Frontera: Chile, Argentina.) decir y sentirse Mapuche, en Chile, que aquí en Argentina. Los
intereses ajenos al conflicto, sumados a éste, durante el transcurso del siglo
XIX, son tan viejos que pasan desapercibidos; por recurrentes, entre nosotros,
son parte de nuestra historia como región Austral.
La Cuestión Mapuche es
clara y cristalina pero: “No hay peor ciego que quien no quiere ver”.
Las
políticas del día a día en nuestros países no responden al interés de sus
pueblos, sino a los intereses de sus mandantes que controlan el poder
financiero global; este no responde a los pueblos.
Los
vapuleados o violados, derechos ancestrales del pueblo Mapuche y de los pueblos
indígenas del continente y del mundo, no deberían estar en discusión, sin
embargo lo están; esos intereses
extraños por aquello de: “A río revuelto, ganancia de…” Siempre estarán en discusión, en el lugar que, a los políticos de turno, les convenga.
Durante
la formación de nuestras Naciones, esos intereses intentaron apoderarse de la
región actuando, a favor o en contra, según les conviniera, (1ª y
2ª invaciones inglesas en el Rio de la Plata, 1806 y 1807).
Dado
que fueran repelidos y vencidos entonces, siguen intentándolo en la actualidad,
el conflicto sobre Las Islas Malvinas lo demuestra, utilizado para dividir y difuminar
la fuerza de la opinión pública; La cuestión Mapuche es un
ingrediente más incorporado hacia los años sesenta-setenta, por la conveniencia
y posibilidad de conflicto entre Argentina y Chile, así dividirían la
fuerza de estas dos sociedades Sudamericanas.
RT
en español, primera información que recibo, en mi muro por las
mañanas, publicó en los días 20 a 21 de diciembre de 2018 un informe que
refleja el conflicto del pueblo Mapuche con el Estado Chileno, pero no la
realidad política actual de éste.
Esto
debe hacerse para que el público sepa a qué atenerse y conosca a que nos
enfrentamos y nos enfrentaremos en un futuro próximo; se enfrenta, el pueblo mapuche y
las sociedades de nuestros países.
La realidad es
que el pueblo Mapuche, merced a la herencia dejada por la conquista, ha pasado
a ser víctima del sistema heredado, ya que, si bien les reconocemos el derecho
inalienable de sus reclamos, no podemos, ni somos capaces de restituirles sus
propiedades. (Bajar: “La cuestión Mapuche”; “Un conflicto de Identidad”; “Los verdaderos
dueños de la tierra”, entre otros)
Para
compartir y poder ver los libros y otros archivos PDF en la nube.
Los
que sean de su interés pueden bajarlos – Sin cargo alguno.
Una
solución parcial sería proceder como lo hicieron los pueblos de Norteamérica al
recibir un resarcimiento en metálico, una reparación del daño histórico que le
fuera infligido; esta circunstancia les permitió seguir adelante con sus vidas
y así las nuevas generaciones se enfrentaron al futuro con una perspectiva
mejor.
Esta
es la razón por la cual nuestra realidad, el ahora de la cuestión indígena en
el hemisferio norte se diferencia tanto del nuestro, ellos no tienen ya que
luchar el día a día para sobrevivir, cosa impensada e n Centro y Sudamérica.
Pero
hasta que algo similar adopten los países Indoamericanos deberemos mantener una
visión clara del problema, no minimizar la fuerza y razón del reclamo indígena,
como tampoco magnificarlo, por desconocimiento o dejándonos llevar
por el manejo de intereses foráneos.
Ser
Mapuche y vivir en Chile que no reconoce la pre-existencia de los pueblños
indígenas en general. Y tampoco reconoce los derechos de los mapuches sobre la
tierra en que viven los chilenos.
Ésta
es la principal razón por la cual, sentirse y ser Mapuche, reconocerlo ante la
sociedad y defender los derechos que les asisten no es fácil en el mundo de
hoy. Argentina reconoce y así lo expresa en su Carta Magna de 1994 “...La
nación Argentina reconoce la pre-existencia de los pueblos indígenas en el
territorio…”
Esta
“Figura
jurídica” otorga a los pueblos indígenas la posibilidad legal de
acceder al concurso de la justicia para interponer reclamos a la Nación,
incluyendo el reconocimiento del “Derecho Ancestral”.
Esta
fue una lucha de todos nosotros desde la AIRA con Eulogio Frites Y Rogelio
Guanuco a la cabeza de un grupo de hermanos que en las tres últimas décadas del
siglo XX, lo dieron todo por recuperar poco a poco sus derechos.
Nuestros
esfuerzos se vieron coronados por el cambio de paradigma expresado por la
sociedad a la cuestión indígena en los años ochenta, logramos la 23.302 en el
congreso y su promulgación y luego ser artífices de la reforma Constitucional
del 94.
Muchos
ya no están entre nosotros, Eulogio Frites, Augusto Comte, Horacio Maldonado,
Diego Lanuse Condorcanqui, Augusto Ramallo entre otros hermanos de barricada,
con quienes compartí sueños e ideales.
Después,
de la compra fraudulenta de tierras ocupadas por familias Mapuche radicadas en
nuestro territorio; tierras sus agentes inmobiliarios, supuestamente utilizaron,
para estafar a Benetton en la Patagonia Argentina; la causa Mapuche tomó un
rumbo diferente, dada la participación de un grupo que conoceríamos como RAM resistencia Mapuche; originado en Bristol
en los años setenta (1978),
en la cual fue designado vocero Facundo Jones Huala.
Este
personaje elegido como vocero, aparentemente por sus condiciones histriónicas y
elocuencia, factores más que importantes para el rol asignado; no es un
indígena, si puede tener, por parte de madre, su interés en la causa.
Reflotar
el: “Reino
de Araucanía y Patagonia” farsa mediática de un aventurero y leguleyo francés
desesperado por el abolengo que, hacia finales del siglo XIX socavaba los cimientos
de la pequeña burguesía francesa.
Impedido
de lograrla en el país galo que después de trágicas luchas intestinas había logrado
desembarazarse de una monarquía corrupta, débil, anquilosada y había fundado la
República Francesa y nada quería saber de monarquías. Viajó a Chile y convenció
a algunos Mapuches que vieron en él la forma de internacionalizar el litigio
con el Estado chileno.
Los
ingleses, siempre a la expectativa sobre el acontecer en la región, no tardaron
en observar los frágiles lazos de coexistencia existentes en el hemisferio sur;
siempre actuaron conforme a sus intereses, exacerbando, las apetencias expansionistas
de los políticos trasandinos, estas apetencias se hallaban en concordancia con
sus planes colonialista para el Cono Sur donde, desde 1833 mantienen la
usurpación y ocupación de las Islas Malvinas; máxime después de la guerra del
Pacifico en la cual chile perdiera parte de su territorio norte, a manos de
Perú.
Desde
estas perspectivas y circunstancias Chile se alió a Inglaterra y siempre actuó
en consonancia con los intereses Ingleses sobre la región, en contra de
intereses propios o Sudamericanos, cosa que los pueblos del hemisferio
reconocen y expresan; en cuanta oportunidad tienen.
No
desconocemos, las apetencias inglesas sobre el territorio Antártico ya que próximamente
los países signatarios deberán regresar a confrontar dicho tratado y definir
apetencias territoriales y Malvinas es la llave y cerrojo que dará legitimidad
a esas supuestas apetencias.
Nunca
mejor dicha la frase de Arturo Jaureche; Si malo es el gringo que nos compra, Peor es
el criollo que nos vende.
Es
en este contexto y, desde ésta perspectiva, que debe, y deberá, tratarse en lo sucesivo
la Cuestión Mapuche que, como vemos, lamentablemente no es una cuestión del
Estado de Chile con el pueblo Mapuche.
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