En respuesta, a las críticas palabras de la Sra. Presidenta,
posteriores a las elecciones parlamentarias del domingo 11 de agosto pasado, sobre
la supuesta victoria que el Frente para la Victória había logrado gracias al
apoyo de los Quom en su comunidad, el padre Francisco Nazar debió salir a
aclarar esas manifestaciones engañosas de la Sra. Presidente, que expresó, le
faltan el respeto y minan la identidad y personalidad de los Quom.
Supimos trabajar juntos en Buenos Aires
en la década de los ochenta para llevar adelante una iniciativa de la Fundación
Carrel, FUNDAAC, que yo presidía, pretendía realizar, una encuesta nacional
sobre los pueblos indígenas, tarea que hubiera sido imposible realizar sin la
infraestructura y medios que la organización que dirige este genuino hombre de
cristo.
Desde entonces y por diversas razones
he debido estar próximo a sus acciones, siempre comprometidas con las causas desechadas
por el sistema, y los hombres, y más cerca de su ministerio y compromiso.
Fue así que cuando salió al cruce de
las extemporáneas palabras de nuestra dirigencia política, el viernes 16 en “La
Mañana” de Continental, con palabras en concordancia con aquello que yo había
expresado en mi última nota en D21 e
Indoamericano, dos de los Blog que
administro, en mi página web, URL (www.editorialfps.com.ar)
Me pareció interesante recordar sus
palabras, en su permanente accionar en favor de los más humildes, que nos
obliga, a quienes somos críticos con la participación de la iglesia, y la
responsabilidad, que les cupo, en la
Conquista y “evangelización” del Continente, a tener una mirada cuidadosa ante
las conductas de los hombres.
En los años que tengo he podido conocer
y tratar por mandato de intereses personales y la militancia social a grandes
hombres que honran a la iglesia y en particular a especie humana: Martín Dunrrauf, Rdo. Marchesotti, Mons. Hessaine, en Río Negro, Mons. De
Nevares, en Neuquén, Jorge Novak en
la diócesis de Quilmes.
Estos, y tantos otros, que con su
práctica cotidiana me llevan a reconciliarme con la especie humana y a tener
una mirada más ecuánime en instantes de duda, que en estos momentos, son
demasiados, para mi gusto.
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