miércoles, 12 de mayo de 2010

Respuesta (Comunicación final sobre el término "Originarios")

Estimado Ruben,

Muchas gracias por sus comentarios. Por cierto no estaba al tanto de la actual penetración mapuche pero no puedo menos que estar de acuerdo con su opinión sobre la invalidez del reclamo en base al "derecho ancestral".
Cordialmente
Hernán Otero

----- Original Message -----
From: Ruben Spaggiari
To: hernan.otero@speedy.com.ar
Sent: Thursday, May 06, 2010 10:29 AM
Subject: Respuesta
Estimado Dr. Otero
Generalmente estoy alerta a cuanto material se ofrece sobre la temática india y la moderna "Cuña Invasora" generada por el desenfrenado avance mediático de los grupos mapuches sobre territorio nacional y su reclamo de tierras por "derecho ancestral", "situación a derecho" inexistente, por la simple razón de ser de nacionalidad Chilena, si nos ajustamos al derecho impuesto. Este fue un demorado reclamo a R.M. Casamiquela quién se constituía en voz autorizada para dirimir el conflicto planteado por Bennetton y los Mapuche. De allí la razón por la cual se cuestiona el término “originario” en su acepción atemporal, tal como lo señalé. Esto nos enfrenta a un conflicto actual que tiene sus raíces históricas, ante el cual los “Profesionales” de las ciencias sociales tienen la obligación de conocer y divulgar en su justa medida. Según Raúl Mandrini no puede hablarse de “nacionalidad” chilena o Argentina con los grupos aborígenes. No estoy de acuerdo con ésta interpretación ya que incurre en el mismo error de usar este calificativo sin su ubicación espacio-temporal. Si hablamos de los aborígenes antes de 1810 se puede ignorar las nacionalidades que luego se les impondrían con la geopolítica y se los puede definir o identificar con sus propias nacionalidades étnicas. En cambio si hablamos de ellos luego de la independencia de nuestros respectivos países, ya delimitadas las fronteras que los contendrían, debemos reconocerles una nacionalidad jurídica, ajustada a derecho, como lo establecerían las nuevas divisiones geopolíticas del territorio del Cono sur, respetando siempre su identidad étnica y cultural. Estas cuestiones son independientes de los argumentos aceptados de antemano que establecen una permanente y ancestral relación entre los grupos indígenas en todo el territorio del Cono Sur, como bien lo reconocen todos aquellos que me precedieron y yo mismo en mis trabajos. Una cosa es la convivencia, intercambio, comercio, alianzas, etc, y otra muy diferente ingresar en un territorio, que ya conocían y les era familiar, con criterio invasor y apropiarse de él. Ellos, (los Mapuche) ingresan como “cuñas invasoras” hacia mediados del primer lustro del siglo XIX como lo establecen documentos existentes, así lo expreso en el ensayo de periodismo histórico “Un conflicto de Identidad” www.editorialfps.com.ar. Esta penetración se realiza en connivencia con hacendados y funcionarios políticos del gobierno de Buenos Aires, como usted ya sabe, quienes los utilizaron para combatir a los indígenas que se oponían férreamente a la usurpación de sus tierras, en particular los Mamülche – Rankul = Ranqueles y Tsonekas = Tehuelche. Los primeros, dueños de las tierras del centro de la República Argentina, desde las estribaciones cordilleranas hasta el Atlántico y desde el Río Salado y Río cuarto hasta el Río Colorado, donde comenzaba el territorio de los segundos, los Tsoneka, parcialidad Genena-Kuné, (Tehuelche Meridionales). Pueden reclamar por derecho treintañal, así los habilita el Código Civil Argentino, pero no por derecho ancestral que, como manifesté, no poseen. Esta posición no es antojadiza ni caprichosamente interesada, es la posición de los propios aborígenes del territorio Argentino, y como tal debe ser tenida en cuenta por las autoridades nacionales y en particular por los profesionales de las ciencias sociales encargados de divulgar y educar a la sociedad global e instruir a los educadores, responsables de las nuevas generaciones. Como usted ve Dr. Otero los errores del pasado marcaron a fuego la realidad presente y los hechos históricos adquieren su enorme trascendencia en la comprensión actual de dichos conflictos. Agudizados, claro está, por la enorme desidia y caprichosa política llevada adelante por los sucesivos mandatarios de turno que no son otra cosa que el mal reflejo de nuestra sociedad. Perdone usted la distracción de su tiempo y reitero mi cordial y afectuoso saludo. ígena, o de lo contrario me lo hacen llegar mis amigos, quienes en éste momento están preocupados por
Ruben A. Spaggiari

jueves, 6 de mayo de 2010

Indígenas: La Cuestión Mapuche y el término "Originarios"

Esta nota responde a la recepción dada por el Dr. Otero de mi primer nota que se encuentra a continuación y que obedeció a una nota de la revista Ciencia Hoy que escrubió el mencionado profesional, quién respondió muy cordialmente a mis observaciones sobre la cuestión indígena.
Estimado Dr. Otero
Generalmente estoy alerta a cuanto material se ofrece sobre la temática indígena, o de lo contrario me lo hacen llegar mis amigos, quienes en éste momento están preocupados por la moderna "Cuña Invasora" generada por el desenfrenado avance de los grupos mapuches sobre territorio nacional y su reclamo de tierras por "derecho ancestral", situación a derecho inexistente, por la simple razón de ser de nacionalidad Chilena, si nos ajustamos al derecho impuesto.
Este fue un demorado reclamo a R.M. Casamiquela quién se constituía en voz autorizada para dirimir el conflicto planteado por Bennetton y los Mapuche.
De allí la razón por la cual se cuestiona el término “originario” en su acepción atemporal, tal como lo señalé.
Esto nos enfrenta a un conflicto actual que tiene sus raíces históricas, ante el cual los “Profesionales” de las ciencias sociales tienen la obligación de conocer y divulgar en su justa medida.
Según Raúl Mandrini no puede hablarse de “nacionalidad” chilena o Argentina con los grupos aborígenes. No estoy de acuerdo con ésta interpretación ya que incurre en el mismo error de usar este calificativo sin su ubicación espacio-temporal.
Si hablamos de los aborígenes antes de 1810 se puede ignorar las nacionalidades que luego se les impondrían con la geopolítica y se los puede definir o identificar con sus propias nacionalidades étnicas.
En cambio si hablamos de ellos luego de la independencia de nuestros respectivos países, ya delimitadas las fronteras que los contendrían, debemos reconocerles una nacionalidad jurídica, ajustada a derecho, como lo establecerían las nuevas divisiones geopolíticas del territorio del Cono sur, respetando siempre su identidad étnica y cultural.
Estas cuestiones son independientes de los argumentos aceptados de antemano que establecen una permanente y ancestral relación entre los grupos indígenas en todo el territorio del Cono Sur, como bien lo reconocen todos aquellos que me precedieron y yo mismo en mis trabajos.
Una cosa es la convivencia, intercambio, comercio, alianzas, etc, y otra muy diferente ingresar en un territorio, que ya conocían y les era familiar, con criterio invasor y apropiarse de él.
Ellos, (los Mapuche) ingresan como “cuñas invasoras” hacia mediados del primer lustro del siglo XIX como lo establecen documentos existentes, así lo expreso en el ensayo de periodismo histórico “Un conflicto de Identidad” http://www.editorialfps.com.ar/.
Esta penetración se realiza en connivencia con hacendados y funcionarios políticos del gobierno de Buenos Aires quienes los utilizaron para combatir a los indígenas que se oponían férreamente a la usurpación de sus tierras, en particular los Mamülche – Rankul = Ranqueles y Tsonekas = Tehuelche.
Los primeros dueños de las tierras del centro de la República Argentina desde las estribaciones cordilleranas hasta el Atlántico y desde el Río Salado y Río cuarto hasta el Río Colorado, donde comenzaba el territorio de los segundos, los Tsoneka, parcialidad Genena-Kuné, (Tehuelche Meridionales).
Pueden reclamar por derecho treintañal, así los habilita el Código Civil Argentino, pero no por derecho ancestral que, como manifesté, no poseen.
Esta posición no es antojadiza ni caprichosamente interesada, es la posición de los propios aborígenes del territorio Argentino, y como tal debe ser tenida en cuenta por las autoridades nacionales y en particular por los profesionales de las ciencias sociales encargados de divulgar y educar a la sociedad global e instruir a los educadores, responsables de las nuevas generaciones.
Como usted ve Dr. Otero los errores del pasado marcaron a fuego la realidad presente y los hechos históricos adquieren su enorme trascendencia en la comprensión actual de dichos conflictos. Agudizados, claro está, por la enorme desidia y caprichosa política llevada adelante por los sucesivos mandatarios de turno que no son otra cosa que el mal reflejo de nuestra sociedad.
Perdone usted la distracción de su tiempo y reitero mi cordial y afectuoso saludo.

Ruben A. Spaggiari

Indígenas: La Cuestión Mapuche y el término "Originarios"

Estimado Dr. Hernán Otero
De mi mayor consideración:
Me dirijo a usted con la finalidad de proponerle una posible “mirada alternativa” a la cuestión indígena de nuestro territorio, toda vez que acabo de leer su artículo, o nota de fondo, de la publicación Ciencia Hoy, “Etnias Indígenas en los censos de Población”.
Indudablemente la nota de referencia refleja un acabado intento por comprender las instancias gubernamentales que conllevan la necesidad de realizar un conteo estadístico de la población indígena y la permeabilidad de estas para ingresar a formar parte de una estrategia estatal que los tiene solamente como datos estadísticos.
Los pueblos indígenas, más allá de su propia identidad étnica y de elucubraciones lingüísticas tienen una conciencia de pertenencia bien definida.
La necesidad de identificarlos o reconocerlos sin la posibilidad del previo conocimiento de la lengua creó un basto terreno de equivocaciones que preocuparon a más de un investigador o profesional del pasado reciente, el uso de gentilicios de todo tipo confundió y creó, para su divulgación generalizada, un esquema totalmente ficticio de identidades que debieron abordar más de un investigador en forma puntual y que llevó a R. Casamiqela, erróneamente a mi entender, a intentar una interpretación definitiva en su: “Rectificaciones y Ratificaciones, Hacia una interpretación definitiva del panorama etnológico de la Patagonia y área septentrional adyacente”.
Estimado Dr. Otero, lamentablemente nuestra soberbia y orgullo, me estoy refiriendo a la cultura occidental dominante en el Continente Americano, se trasunta en nuestras acciones y estas desde las instancias paternalistas del indigenismo gubernamental siempre intentaron desdibujar al aborigen.
Para lograrlo intentamos identificándolo con eufemismos, tal como México hacía antes de los levantamientos de Chiapas, liderados por el supuesto subcomandante “Marcos”.
Para el gobierno simplemente esas “Minorías Étnicas” eran “campesinos” identificación tendenciosa que intentaba desdibujar, debilitar, e ignorar los derechos que, ancestralmente y por el encuadre del “derecho romano” impuesto, se les reconocía por ser indígenas.
Nosotros aquí a la criolla solíamos llamarlos “paisanos” ahora simplemente el estado nacional los ignora.
Esa mentalidad o quizás las únicas políticas de Estado que siempre a mantenido el sistema sé a encargado de forjar a los indígenas en sí a los que usted refiere sin embargo después del Congreso de Olantaytambo en 1980 y del manifiesto de Fausto Reinaga que dio comienzo con el “Indianismo” en contraposición al indigenismo nacieron y se incrementaron exponencialmente los indígenas para sí en todo el continente y en particular en Sudamérica.
Ahora utilizando el término “originarios” continuamos con el viejo error temporal o cronológico que llevó a M.A.Vignati, preocupado y ocupado con definir la verdadera identidad de los pueblos precordilleranos y la región de Cuyo a exclamar en la Pág. 72-73-74 de la trascripción gráfica de su conferencia en la Segunda reunión de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, Mendoza 1937: “Los Aborígenes de Cuyo” Buenos Aires 1940”
“ ... Antes de abordar el estudio de los pueblos que poblaron el suelo del antiguo territorio de Cuyo, considero imprescindible insistir sobre un hecho sabido por todos pero considerado por muy pocos.
Me refiero al olvido inexplicable del factor tiempo. Puede justificarse que el hombre no especializado no le de ingerencia en sus especulaciones porque ni siquiera sospecha el valor de la cronología, pero no así el investigador, el cual en todo momento debe pensar en las modificaciones que, a través de los siglos, por extinción, migraciones o, lo más frecuente entre nosotros, la mezcla abigarrada de grupos, debidas a las persecuciones de los conquistadores, han experimentado las culturas....”
Y continúa en otro párrafo: “... Puede tolerarse que la falta de información de los americanistas europeos les haga cometer estos tropezones, jocosos más que ridículos, mas no muestran poseer mayor discriminación quienes, entre nosotros, creen que el territorio argentino desde el punto de vista étnico es susceptible de ser dividido a manera de tablero de ajedrez y haciendo tabla rasa de los pisos geológicos y de los siglos anteriores y posteriores a la llegada de los españoles, etiquetan como de igual valor, al hombre fósil, la raza autóctona y los elementos inmigrados en tiempos históricos ...”
Lo que estamos haciendo hoy es continuar aquel viejo error que tanto irritaba a Vignati, con razón indiscutible, claro está, toda vez que éste se siguió cometiendo y acentuando durante todo el siglo XX situación que desató una inequívoca polémica entre los especialistas N.H.Palma y B. Dougherty sobre el concepto de periodificación, luego otro especialista debió salir al cruce de dicha polémica L. Orquera en “Relaciones” Sociedad Argentina de Antropología, Tomo VIII, nueva serie. Con su: “Acerca de los períodos y otras unidades conceptuales de periodificación”
Posteriormente y hacia la década de los años ochenta del siglo pasado el propio Luis Orquera con el gran maestro Ciro René Lafón y un equipo de colegas y colaboradores realizaron un trabajo sobre periodicidad que intentaba poner fin a estas controversias.
Sin embargo creo, modestamente, el error no radica en los conceptos sino en los compromisos que los individuos mantienen con el sistema de pertenencia y de que manera esgrimen aquellos conceptos.
Los pueblos indígenas reniegan del termino originario y se atienen a los expresado en el Art. 75, inc:17. De la reformada Constitución Nacional de 1994 cuando dice:”... Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas...” toda vez que se acepta como sinónimo aborigen en la acepción que nos dice que ambos vocablos definen a los nacidos en un lugar o paraje, en el que han vivido y nacido sus ancestros.
Si bien el término originario deviene de origen que define aquello de que una cosa procede o arranca, momento de su nacimiento, país donde uno a nacido o tuvo principio la familia o donde una cosa proviene. Obsérvese que el vocablo “momento” determina tiempo y como tal no deberá ser soslayado cuando se hable de los pueblos originarios, se deberá definir claramente a quienes y por sobre todo a ¿Qué Momento? Nos estamos refiriendo.
De lo contrario podríamos decir que nadie en el Continente Americano sería originario, ya que todos, hasta donde sabemos, provenimos de otras latitudes.
Al margen de ciertas cuestiones que crearon mi necesidad de hacer la presente ya que como es mi costumbre intento definir posiciones y esclarecer conceptos que puedan servir para definir acciones.
La nota en cuestión tiene la profundidad y captó mi interés ya que muy pocos han abordado la temática de los censos de población y como se inserta en ellos la cuestión indígena, que adolece de grandes fallas desde el censo de 1968.

Respetuosamente

Rubén A. Spaggiari


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miércoles, 31 de marzo de 2010

Hipocresía no, ingenuidad

¿Qué nos pasa?

Desde hace tiempo he venido confrontando con el sistema imperante en nuestra sociedad sobre la hipocresía que se manifiesta en las actitudes de los actores con voz e imagen que llegan casi diariamente a nuestros hogares y nos hacen creer que somos solidarios y “... hasta humanos”.
La liberación que realizó el juez a cargo de la causa, de la carta que dejara el Dr. René Favaloro, me permitió leer, en detalle, los tristes aspectos previos, a su trágica determinación, motivaron ésta nota.
Es por éste motivo que me siento liberado de dar a conocer, a casi dos años del ofrecimiento y mi respuesta ya que ésta conlleva una enorme concordancia con ciertos aspectos planteados por Favaloro en la triste nota previa a su muerte.



Desde los años sesenta y setenta la militancia social y cultural me ha tenido como actor o gestor de acciones tendientes a lograr mejorar o armonizar la convivencia de mis semejantes.
Desde ese entonces soy militante de la causa indianista, y como tal asesor de la AIRA y consultor de algunas organizaciones indígenas. Con alguno de sus dirigentes además de la relación estrictamente institucional y profesional me une una amistad y hermandad que incrementa los lazos de relación y afecto, quizás por esos motivos suelen considerarme en demasía en mi idoneidad
En el 2008, cuando aún no se conocían los argumentos o situaciones que obligaron al extraordinario ser humano que fuera René Favaloro, a tomar tan trágica determinación, mis amigos dirigentes de la AIRA me proponen para un cargo en una oficina que el BID estaba proyectando instalar en Buenos Aires.
A continuación el correo recibido entonces:

Amigo Rubén, nos llegó esta nota de un amigo que tenemos por ahí, Cingolani, por el tenor de la misma te darás cuenta de que es lo que se necesita, y es para cubrir parece un espacio muy importante. Con Rogelio creemos que tenemos que consultar con vos en primer lugar, por ahí te puede interesar y sería para nosotros una satisfacción. Lo que sí tendrías que ponerte en contacto urgente con Rogelio, lo antes posible así se averiguarían mas requisitos y daríamos respuesta a esta propuesta. Esperando que ande todo bien por ahí, un fuerte abrazo.
GermánPablo Cingolani escribió:
Fecha: Thu, 17 Jan 2008 17:45:11 -0300 (ART)De: Pablo Cingolani Asunto: Una oportunidad (consultoría Pueblos Indígenas-Vulnerabilidad)A: rogelio guanuco german carlos canuhe
Rogelio- Germán:

un amigo Quechua del Napo-Ecuador, que trabaja en la oficina de asuntos indígenas del BID en Washington, me ha solicitado poder contactarlo con antropólogos o sociólogos argentinos para hacer un estudio sobre Pueblos Indígenas y Vulnerabilidad, financiado por ellos. Creo que sería muy bueno que el AIRA proponga a algún profesional amigo y comprometido, ya que, en verdad, se invertirán miles de dólares en este estudio, y sería bueno estar adentro. Les copio debajo el correo, y espero noticias de ustedes.
Abrazos,Pablo

Analizada la nota correspondiente agradecí a mis amigos Germán y Rogelio con la siguiente respuesta:

Enviado el 19/01/08
Estimados Hermanos

He leído y analizado debidamente el correo enviado y ya envié a Pablo Cingolani con copia a ustedes el C.V y una breve introducción, preliminar.
Paso ahora con más tranquilidad a explayarme sobre el particular en tanto y en cuanto hay algunas cuestiones que serán relevantes, a saber: El BID es como ustedes saben una entidad financiera internacional que respalda todo tipo de proyectos a niveles estatales y privados, en particular megaproyectos en los distintos países de América Latina.
Según se comenta en la comunicación se invertirán miles de dólares en “...una consultoría en Argentina sobre pueblos indígenas”.
Tema que desde hace años venimos trabajando y tenemos extremadamente claro, por lo menos yo, sé que ustedes también, si no hemos podido avanzar más fue por falta de fondos.
Tengo en mi poder suficientes informes oficiales, provinciales, nacionales y material de mi propia producción como para llenar varios volúmenes, exceptuando lo ocurrido recientemente en Chaco que todavía no he recibido, ustedes otro tanto.
El AIRA, con un equipo mínimo de 5 a 10 personas que puedo organizar y que pondríamos a trabajar inmediatamente, fuera de la institución pero bajo su óptica, estaría en condiciones en el término de seis meses a un año ofrecer un panorama extremadamente claro y concreto sobre la realidad de los pueblos indígenas del territorio y su relación intima con el Estado y sus leyes, Salud, Trabajo, Tierras, Educación, Identidad, Etc.
Estimados hermanos para mí sería fácil decir sí y embarcarme en un proyecto de ésta envergadura que podría lograr un posicionamiento en el contexto global, pero no quiero ser hipócrita y renegar de lo que siempre fue el objetivo de mis desvelos.
El BID gastará miles de dólares en “consultar” por los pueblos indígenas y actualmente se mueren hermanos en distintos puntos del país, son expoliados por jueces y policías corruptos en connivencia con los oportunistas de siempre. - Vos mismo Germán, recién me enviaste el informe de lo ocurrido en La Pampa -.
Puede ser cierto que estos proyectos sacados de las carpetas flacas de una “oficina de Asuntos Indígenas” de un banco, desconozcan lo que ocurre en Argentina, - cosa que no creo -, pero lo más lógico es que el amigo Pablo Cingolani o su amigo Carlos Eloy Viteri el ecuatoriano del BID sepan que el AIRA estaría en condiciones de ser la consultora, si se le asignan los fondos para ejecutar la empresa, bajo estrictas normas contables y administrativas que el BID deberá controlar con un veedor en el equipo.
Yo personalmente, dejo todo por un año y medio a dos, y me comprometo a instalarme en Buenos Aires y coordinar las tareas, convocar a las personas adecuadas para desarrollar el trabajo, conseguir el lugar donde trabajar, organizar las tareas para que en el término de seis meses a un año, a partir de tres meses de gracia para la implementación del proyecto, se pueda entregar un informe al BID con el compromiso a su término de que el BID otorgará a la AIRA en las mismas condiciones de contralor un crédito blando para revalorización institucional (Modernización) y para afrontar el desafío de crear un fondo que permita respaldar el tremendo estado de deterioro que sufren nuestros hermanos, avalar proyectos en conjunto con las provincias allí donde más falta hace.
Estas organizaciones (BID-FMI) deberán dejar de ser hipócritas y entender que ya se terminó el tiempo de los informes y consultas, hace falta hacer y para eso hace falta que quienes queremos hacer “podamos” cosa que sin fondos ha sido imposible, - No estoy diciendo nada nuevo -.

El BID tiene la chapa y el poder de “convencimiento” que otorga el tener el dinero, para movilizar voluntades y conciencias, solo se requiere tener eso, voluntad para ejecutar políticas tendiente a lograr éste objetivo.
Este es mi pensamiento, para ustedes, si les parece coménteselo a Pablo Cingolani de otra manera si no digo esto, yo sería el hipócrita, un fuerte y hermanado abrazo del “Gringo”.

Rubén.


Pasado ese momento me llamé a silencio en este caso, como es mi costumbre, por respeto a la exclusiva determinación de ser los interesados, mis hermanos aborígenes, quienes deben decidir sobre el particular y asumir su responsabilidad, en el ámbito interno consideraba aclarada mi posición y mi permanente predisposición a contribuir a la causa indígena y social de mi país.
Hoy casi dos años después la motivación que aduje, me llevan a dar a conocer los pormenores de ese momento debido a encontrar en la nota de referencia una similitud alarmante y reiterada que organismos internacionales desarrollan en América Latina, tergiversando las proclamadas motivaciones de sus “Proyectos”.

Dice el Dr. Favaloro en uno de los párrafos de su nota: “... Realicé gestiones en el BID que nos ayudó en la etapa inicial y luego publicitó en varias de sus publicaciones a nuestro instituto como uno de sus logros!. Envié cuatro cartas a Enrique Iglesias, solicitando ayuda (¡Tiran tanto dinero por la borda en esta Latinoamérica!) todavía estoy esperando alguna respuesta. Maneja miles de millones de dólares, pero para una institución que ha entrenado centenares de médicos desparramados por nuestro país y toda Latinoamérica, no hay respuesta...”

Decir hoy, que puedo leer esta carta, que entiendo por lo que pasó Favaloro es la resultante de una serie sucesiva de amargas experiencias que en estos largos, casi cincuenta, años de militancia social, debí digerir y procesar, a costa de muchas cosas queridas, muy personales que he debido capitalizar dejando ir muchas cosas que amaba.
Dice también como una triste conjetura Favaloro: “... Es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta tiene su precio. A la corta o a la larga te lo hacen pagar...”
Esto también es cierto y generalmente el primer paso es la soledad, a la que alude con tanto dolor en el párrafo siguiente de su carta.
Yo no tengo ni la Profesionalidad, responsabilidad y personalidad que tenía Favaloro, tampoco el enorme predicamento que le otorgaba la sociedad nacional e internacional, cuestión que indudablemente potenciaba su sentido de la responsabilidad.
Yo por el contrario preferí cancelar mi pequeña Fundación Argentina Alexis Carrel en 1994 y alejarme de la vida activa militante, cansado de ofrecimientos espurios para hacer negocios con ella.
Fue a partir de esos años que pude ver como se desvirtuaba políticamente todo aquello que habíamos logrado con la Ley 23.302, que me enorgullece haber contribuido a lograr, tergiversando su espíritu mediante una implementación trucha de sus propuestas y sin dar verdadera cabida a sus definitivos beneficiarios, haciendo de ella una nueva herramienta demagógica y proselitista.
Herramienta utilizada para engañar a pequeños sectores indígenas menos esclarecidos y siempre acuciados por el hambre y el olvido que genera, a sabiendas los dueños del poder.
Pero no a todos los indígenas como lo demuestra el juicio que la AIRA le ganó al Estado Nacional, que hace, como ya es costumbre, oídos sordos a los reclamos populares y menos si estos son respaldados por los fallos judiciales.
Que el BID derroche millones de dólares en América Latina no es novedad, claro está, pero que lo siga haciendo ahora cuando ante nuestros ojos se mueren miles de personas por desnutrición o malas políticas sociales, sanitarias, alimentarias, utilizando fondos genuinos de la clase pasiva para “fomentar emprendimientos” con la complicidad de funcionarios corruptos provinciales y nacionales que sólo reclaman y discuten la Coparticipación como justificativo, ya que cuando la reciben engordan su propio patrimonio.
La sociedad en su conjunto deberá asumir el compromiso de cambiar ésta situación en forma democrática, participativa y una cabal toma de conciencia de la sociedad que esperamos legarle a nuestros hijos.
Si seguimos siendo una sociedad hipócrita que defiende sus propios intereses sectoriales en desmedro del otro cada vez más enflaquecido, seguiremos como ahora fuera del entramado social mundial, que intenta, por todos los medios, sin lograrlo todavía, encontrar el camino de la convivencia entre los pueblos.
Los argentinos hemos perdido terreno en todas las áreas de la convivencia mundial y todo esto es producto de un cerebro social atrofiado que no logra dar a su cuerpo social las respuestas adecuadas para una mejor convivencia, llámese a esto “políticas de estado” perdurables que otorguen respeto a las instituciones y brinden un presente digno y una visión de futuro medianamente próspero.
En lo personal ya estoy transitando el camino de regreso, creo que la parte de culpa que me toca, en esta enorme falencia social y en los errores del pasado, serán parte de mi bagaje cuando me toque el viaje final, he tratado de dejar un mínimo y quizás inservible legado a través de mis escritos, ahora solamente me agradaría ver a mis compatriotas intentar repensar nuestro presente y compromiso.

viernes, 15 de enero de 2010

Carta de Lectores

Denuncia de los indígenas sobre la avanzada descontrolada que están realizando los indígenas Chilenos, desde hace bastante tiempo, en su propio país y territorio, como aquellos que se encuentran en territorio Argentinos, actitud que desde estas páginas venimos denunciando por su constante reclamo de tierras por derecho ancestral, cuestión no pueden argumentar ni sustentar, en Argentina.
El Administrador y titular del presente Blog se muestra completamente comprometido con los derechos indígenas. (Ver notas en este blog.) De ninguna manera avalará jamás, ya que no es el pensamiento de los pueblos indígenas que habitan el suelo Argentino, esta extemporánea posición, que no es nueva, ya que la intolerancia y estupidez son características de la condición humana, no privativa de indígenas o no-indígenas.
Enviada por Germán Canhue, FICAR
Reynaldo Mariqueo escribió:

De: Reynaldo Mariqueo [pulchetun]
“Crearemos el estado Mapuche, desaparecerán Chile y Argentina”
Para: "Pulchetun"
"Los mapuches, “hombres de la tierra” que acusan al General Roca de genocida, fueron los responsables del exterminio de los tehuelches. Y hoy, reclaman tierras que no les pertenecen.
Parece una nota de color, de esas que aparecen en los medios gráficos cuando hay que llenar espacios, pero no es así. El tema crece, toma proporciones preocupantes y ya es un peligro en tiempo real".
Ecribe Malú Kikuchi

Sr. Director:
Desde hace casi dos décadas, cada vez con más fuerza, contando con elementos de apoyoun comunicado público, la Coordinadora Arauco Malleco dice: “Manifestamos públicamente nuestra renuncia a la nacionalidad chile y declaramos territorio de la nación autónoma mapuche desde río Bío Bio al Sur. Por lo cual damos por terminado todo diálogo con la república de chile y le declaramos la guerra, desde hoy 20 de octubre de 2009 en adelante. Y llamamos a todas aquellas comunidades a seguir la misma senda para poder lograr la expulsión completa a todos aquellos objetivos que operan en nuestra nación mapuche”. “¡Territorio y autonomía a la nación Mapuche! ”En Argentina, los mapuches, exterminadores de nuestros tehuelches, reclaman tierras que no les pertenecen y rechazan el país en el que viven, estudian y trabajan. Rechazan el país al que eligieron emigrar y que los acogió. Esto ha dejado de ser una anécdota curiosa, hay demasiados intereses político/econó micos detrás de un colorido reclamo indigenista. Debe ser tomado muy en serio; está en juego laintegridad territorial de la patria.Mientras, los mapuches declaman, “Nuestro pueblo es paciente. Nuestro pueblo sabe esperar. Nuestro pueblo no olvida. Irrumpirá la aurora con su arco iris de colores y te enseñaremos quienes somos los hijos de esta tierra.” (Raven)Nosotros, los argentinos de cualquier raza y religión, los que recibimos a todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar nuestro suelo, somos los hijos de esta tierra, los que construimos esta nación, y sabemos quienes somos.
Malú Kikuchi (http://www.lacajadepandoraonline.com/) Fuente: Diario de Villa La Angostura y Región de Los Lagoshttp://www.laangosturadigital.com.ar/v3/home/interna.php?id_not=12535&ori=web internacionales que proveen dinero, prensa y hasta armas, el indigenismo latino americano avanza sin encontrar fuerzas que enfrenten sus reclamos; pocos de ellos justos y la mayoría, absurdos.Sin lugar a dudas los problemas más serios son los que generan los araucanos en Argentina y en Chile. Tan serios son, que de conseguir lo que pretenden los mapuches, peligra la extensión territorial de Chile y de Argentina. El problema mapuche chileno es distinto del argentino. Los mapuches eran araucanos originarios del sur chileno y habitaban entre el río Bío Bio al norte y el río Toltén al sur, entre el Pacífico y los Andes. Quizás, en Chile, las demandas mapuches sean más justificables.
Cuando en 1550 se crea la Capitanía General de Chile, ante el avance de los españoles, algunos araucanos comienzan a emigrar cruzando la cordillera. A partir de esa fecha continuaron emigrando y lo hicieron masivamente ya entrado el siglo XIX. Nunca fue un pueblo originario argentino. Fue un pueblo invasor.
Mientras los mapuches (araucanos) llegaban a lo que hoy es Argentina, esas tierras estaban ocupadas por los reales pueblos originarios de la zona, tehuelches, puelches y pampas. Pueblos originarios argentinos que los mapuches, en cruentas guerras, hicieron desaparecer.Los mapuches, “hombres de la tierra” que acusan al General Roca de genocida, fueron los responsables del exterminio de los tehuelches. Y hoy, reclaman tierras que no les pertenecen. Parece una nota de color, de esas que aparecen en los medios gráficos cuando hay que llenar espacios, pero no es así. El tema crece, toma proporciones preocupantes y ya es un peligro en tiempo real.
Reclaman tierras que les fueron propias en Chile, y otras que les fueron ajenas en Argentina. Ya existe el mapa de la nación Mapu, que va desde el Pacífico hasta el Atlántico, que toma la 9ª y la 10ª región chilenas y prácticamente un 30% del territorio argentino. Todo Neuquén, el sur de Mendoza, San Luis, Córdoba y Santa Fe, media provincia de Buenos Aires, La Pampa y parte de Río Negro. Tienen respaldo internacional a través de una ONG situada en:6 Lodge Street, Bristol lBS1, 5RL, EnglandTel/fax +44-117-9279391 e-mail mil@mapuche- nation.org y el sitio de Internet (hecho en Gran Bretaña) www.mapuche. nation.org se edita en inglés, francés, alemán y español. Fue creada el 11/5/1996, por “europeos preocupados”.
¿No tendrán preocupaciones más acuciantes en sus propios países? Salvo un nombre de origen araucano, Reynaldo Mariqueo, el resto de los directores de la ONG tienen nombres anglos. Consiguen buena prensa para sus reclamos, juntan dinero para la causa y hasta el Banco Mundial le concedió un préstamo de U$S 6 millones a la Confederación Mapuche liderada en Argentina por Jorge Nahuel. Préstamo para mejorar las condiciones de vida del pueblo mapuche del que todavía no se han rendido cuentas.Dicen, no está comprobado, que están armados; dicen que reciben instrucción militar por parte de miembros de las FARC y de la ETA.
Lo que está comprobado es que en Neuquén hay en este momento 59 estancias tomadas por los mapuches que las reclaman como territorios propios.En la mayoría de las escuelas andinas integradas, que son casi todas, se les enseña a los mapuches su lengua y sus costumbres. Flamea al lado de la bandera argentina, la bandera mapuche (franja celeste, verde y roja, con una franja más estrecha negra con cruces pampa en la parte superior e inferior y un gran sol amarillo con 4 divisiones). Aún así han usurpado dos escuelas, la Mama Margarita, de monjas que fueron echadas del lugar donde desde hace 40 años enseñaron a niñas de cualquier raza, con la excusa que la religión católica interfiere con las creencias mapuches. La otra escuela tomada, que no es confesional, por lo tanto el pretexto religioso no existe, es la escuela provincial Nº 161, en la base del Cerro Chapelco, en San Martín de los Andes.
También han ocupado un hotel 5 estrellas en Pulmarí, el resort Piedra Pintada, propiedad de un suizo italiano, que lo construyó después de obtener permiso de la comunidad de Pulmarí y de los mapuches. El estado provincial no hace demasiado al respecto. Existe una ley de 1996 en Neuquén, que exige poner en claro la propiedad de las tierras para el 2010. No se ha hecho nada. Los mapuches, avanzan.Y mientras avanzan y usurpan tierras, escuelas y hoteles, ya están comercializando un centro de esquí y varios grupos de cabañas. Que si el pretexto es volver a los orígenes, un poco de capitalismo no viene mal en el mientras tanto.
El Estado nacional mira hacia otro lado. Los mapuches avanzan. Y detrás de las reivindicaciones indigenistas, algunas de ellas válidas, está la extrema izquierda usando, instigando, azuzando como siempre, para acercarse a la toma del poder.Mientras, en el norte, entre la Tupac Amaru (está en 17 provincias y tiene 70.000 afiliados, cada uno contribuye con $3 por mes y reciben de la nación $10 millones mensuales de los que no rinden cuentas) y su líder, Milagro Sala, que se declara “americana antes que argentina”, el sueño de reeditar el Tawantinsuyo (el imperio Inca de las 4 regiones), avanza.
Mientras los argentinos discuten si Tinelli o Susana, si el futbol gratis o las guarangadas de Maradona, o la mejor dieta para el verano; mientras los políticos barajan nombres y posibilidades para el 2011, el indigenismo avanza sobre la patria, nuestra patria, la que los indígenas no consideran suya; aunque viven acá y tienen los derechos y obligaciones de cualquier ciudadano argentino.
En Chile, la situación es grave. En un comunicado público, la Coordinadora Arauco Malleco dice: “Manifestamos públicamente nuestra renuncia a la nacionalidad chile y declaramos territorio de la nación autónoma mapuche desde río Bío Bio al Sur.
Por lo cual damos por terminado todo diálogo con la república de chile y le declaramos la guerra, desde hoy 20 de octubre de 2009 en adelante. Y llamamos a todas aquellas comunidades a seguir la misma senda para poder lograr la expulsión completa a todos aquellos objetivos que operan en nuestra nación mapuche”.
“¡Territorio y autonomía a la nación Mapuche!” En Argentina, los mapuches, exterminadores de nuestros tehuelches, reclaman tierras que no les pertenecen y rechazan el país en el que viven, estudian y trabajan. Rechazan el país al que eligieron emigrar y que los acogió.
Esto ha dejado de ser una anécdota curiosa, hay demasiados intereses político/económicos detrás de un colorido reclamo indigenista.
Debe ser tomado muy en serio; está en juego laintegridad territorial de la patria.Mientras, los mapuches declaman, “Nuestro pueblo es paciente. Nuestro pueblo sabe esperar. Nuestro pueblo no olvida.
Irrumpirá la aurora con su arco iris de colores y te enseñaremos quienes somos los hijos de esta tierra.”
(Raven)Nosotros, los argentinos de cualquier raza y religión, los que recibimos a todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar nuestro suelo, somos los hijos de esta tierra, los que construimos esta nación, y sabemos quienes somos.
Fuente: Diario de Villa La Angostura y Región de Los Lagos

viernes, 4 de diciembre de 2009

Respuesta al Decano de la Facultad de Filosofía Letras de la UBA por la carta airada de respuesta al periodista Rolando Hamglin.

De la nota se desprende que el citado profesional ha tratando de desacreditar al periodista por haber abordado un tema que, supuestamente trató sin la debida información, pero dado que en los últimos tiempos adquirió interés público después de los sucesos protagonizado por la estafa de la que fuera objeto Benetton, ya que adquirió tierras que tenían pobladores y bienes sobre ella, que los pobladores salieron a defender y reclamar sus derechos, Hamglin esta en conocimiento del tema y siempre fue un ser humano preocupado por sus compatriotas: “... más allá de sus divertidas correrías y lo entrañable que nos pueda parecer su autor y dibujante ...” como lo intenta descalificar el Decano, Héctor Hugo Trinchero.

En Primer lugar quisiera decirle al Decano de turno de la UBA que en 1982 durante el 2° Congreso de Antropología Social, realizado en esa casa de altos Estudios en 1982, me tocó dictar una conferencia en una de las aulas de dicho establecimiento, al solicitar de los presentes su reconocimiento como antropólogos, casi la mayoría levantaron sus manos orgullozos, sin embargo no pasó lo mismo cuando solicité que la levantaran aquellos que “habían realizado trabajos de Campo”.
En segundo lugar hablar con un Lonko o una Machi, como usted le aconseja, sarcásticamente al Sr. Hamglin, no es ninguna garantía para esclarecer aquello que, en este dislate se pone en duda, toda vez que no se puede ser arte y parte, todos los mapuche con los que hable dirán que son pueblos originarios, se hallen donde se hallen.
Tercero quiero decirle que el término “originario” como cualquiera de sus sinónimos, sin el factor temporal que limite o acote su aplicación es inaceptable como argumentación de localización toda vez, como debe saberlo el Decano, en los estudios sobre el “Origen del hombre Americano” todos los habitantes del continente seriamos originarios ya que, como lo atestiguan los estudios de “Piedra Pintada” y “Lagoa Santa” en Brasil, aproximadamente hace más de 40.000 años, todos ingresamos por el puente de Bering.

Ya en 1940 en su trabajo sobre “Los Aborígenes de Cuyo” Milciades A. Vignati planteaba en su pág. 72 el factor tiempo como un elemento indisoluble de la denominación de los grupos étnicos del Continente, Cuyo para el trabajo en cuestión:

“... Antes de abordar el estudio de los pueblos que poblaron el suelo del antiguo territorio de Cuyo, considero imprescindible insistir sobre un hecho sabido por todos pero considerado por muy pocos. Me refiero al olvido inexplicable del factor tiempo.
Puede justificarse que el hombre no especializado no le de ingerencia en sus especulaciones porque ni siquiera sospecha el valor de la cronología, pero no así el investigador, el cual en todo momento debe pensar en las modificaciones que, a través de los siglos, por extinción, migraciones o. lo más frecuente entre nosotros, la mezcla abigarrada de grupos, debidas a las persecuciones de los conquistadores, han experimentado las culturas ...”
y continúa Vignati en la pág. 73 del opúsculo en cuestión: “... Puede tolerarse que la falta de información de los americanistas europeos les haga cometer estos tropezones, jocosos más que ridículos, (Obs. Esta acotación que hace Vignati se debe a errores garrafales que él observa en la obra de Thomas Falkner) mas no muestran poseer mayor discriminación quienes, entre nosotros, creen que el territorio argentino desde el punto de vista étnico es susceptible de ser dividido a manera de tablero de ajedrez y haciendo tabla rasa de los pisos geológicos y de los siglos anteriores y posteriores a la llegada de los españoles, etiquetan como de igual valor, el hombre fósil, la raza autóctona y los elementos inmigrados en tiempos históricos.” (Las negritas, subrayados y observaciones al texto de Vignati son míos.)

Como anécdota aún resuenan en mis oídos el conflicto planteado entre Nestor H.Palma , B. Dougherty, que se publicara en los “Anales de Arqueología y Etnología” allá por 1969/70; Que a su vez determinó que Luis Abel Orquera publicase en “Relaciones” Tomo VIII en 1974 su trabajo sobre “Acerca de los períodos y otras unidades conceptuales de periodificación”
Estas permanente controversias fueron el motor que impulsó, en las década de los ochenta a Ciro Rene Lafón y un equipo, entre los que se hallaba, si no me equivoco el propio Orquera, a realizar un estudio para clarificar estas cuestiones cronológicas que afloraban en todo tipo de investigaciones.

Ahora bien si esto está debidamente aclarado corresponde que abordemos la “Cuestión Mapuche” teniendo este punto dilucidado muy en cuenta.

En respuesta a la nota del Sr. Rolando Hanglin

Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA
Martes 17 de noviembre de 2009

"Ahora sí, la solución mapuche", del Sr. Rolando Hanglin
publicada en el diario La Nación.
Señor director:

El Consejo Directivo de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires aprobó una declaración de repudio a los numerosos artículos periodísticos que pretenden desacreditar los derechos del pueblo originario mapuche.
En respuesta a dicha declaración, el señor Rolando Hanglin se ha referido a las actividades académicas de la Facultad de Filosofía y Letras con pretendido sarcasmo, aunque desconociendo que en ella, además de las carreras de Filosofía y de Letras, se dictan siete más, entre ellas las de Ciencias Antropológicas, Historia y Geografía, que tienen contenidos curriculares en temáticas vinculadas a los pueblos originarios. Tampoco se comprende por qué según palabras del propio Hanglin los filósofos y académicos de las letras no tendrían legitimidad para opinar sobre la cuestión, cuando él mismo, como periodista neófito en el tema, lo hace. Aun más, si se dedicara con ahínco por la verdad a dilucidar un tema tan complejo reconocería que en la Facultad de Filosofía y Letras se asientan 22 institutos de investigación, entre otros el de Ciencias Antropológicas, el Instituto de Arqueología, el de Geografía, el de Historia Argentina, el Instituto Interdisciplinario Tilcara, en Jujuy, y el Museo Etnográfico, que vienen desarrollando actividades de investigación sistemática y científica sobre problemáticas vinculadas a los pueblos originarios en Argentina desde hace muchísimo tiempo.
No encuentro pertinente debatir con el señor Hanglin respecto a los derechos territoriales de los pueblos originarios, ya que los mismos son indiscutibles al encontrarse plasmados en nuestra carta magna reformada en 1994. En este sentido, la Constitución Nacional con la sanción del artículo 75, inciso 17, ha incorporado el reconocimiento de la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas con rango constitucional. Por otra parte, el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (I.N.A.I.), como organismo ejecutor de la política indígena, a través del Registro Nacional de Comunidades Indígenas (RE.NA.CI.) reconoce como tal al pueblo originario mapuche. Me interesa señalarle que sus dislates se asemejan peligrosamente a discursos sostenidos en tiempos de la dictadura militar sobre el problema. Tampoco me considero la persona adecuada para defender aquí a las comunidades mapuche, pues ellos tienen sus propias organizaciones para hacerlo en forma más pertinente. Pero lo que resulta difícil de tolerar es que se incite a la ciudadanía con teorías racistas disparatadas y conspirativas respecto a las consecuencias que tendría el ejercicio de los derechos territoriales mapuche para con la Nación, sus provincias y todos los que habitamos esta querida patria Es sintomático que cada vez que una comunidad originaria se expresa y lucha por sus derechos aparecen voces señalando que dichas comunidades son extranjeras. Un modo clásico y penoso de desprestigiar dichos reclamos acogiendo los intereses de los grandes terratenientes.
Atento a sus preocupaciones invito al Sr. Haglin a conocer nuestros institutos e investigadores, a interesarse por la gran cantidad de libros y artículos escritos sobre la cuestión, pero sobre todo le recomiendo que se detenga a conversar con una Machi o un Lonko de las comunidades a las que hace referencia y así tal vez comprenda que, más allá de sus divertidas correrías y lo entrañable que nos pueda parecer su autor y dibujante, en estos temas es recomendable no quedarse sólo con la versión del Patoruzú.

Héctor Hugo Trinchero Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA DNI 10.188.757