lunes, 28 de junio de 2010

Carta en respuesta a la recibida de Gabino Zambrano

Estimado hermano Gabino

Recibí el comunicado sobre la carpa y los objetivos de su instalación, como sabés siempre estaré junto a ustedes en sus justos y pacíficos reclamos.
En particular actualmente ante un Estado Nacional ausente y en muchos casos cómplice de los latrocinios cometidos por los Estados provinciales o funcionarios regionales.
Como vos ya sabés he debido dejar la militancia activa debido a mi alejamiento de los centros de poder de Buenos Aires, allí donde atiende Dios, parafraseando a Eulogio, pero continúo desde este lugar, mi página o desde el diálogo directo, cuando tengo oportunidad.
Con respecto a la Ley de Reparación Histórica similar a la utilizada por los pueblos Norteamericanos para con su Estado que logró la reparación histórica económica y financiera de la que hoy hacen gala, te diré: primero que de haberse implementado la ley 23.302 como corresponde y el INAI respondiendo al espíritu de la norma hubiéramos tenido la “Reparación Histórica” que se reclama.
En primer lugar tendríamos el “Registro Jurídico de Comunidades”, que debió abortarse al año de comenzado por la estrepitosa renuncia de la funcionaria a cargo aduciendo que tenía permanentes impedimentos para poder funcionar, tema que expresó en su nota de renuncia.
De haberse implementado correctamente el Presupuesto Nacional tendría contemplados los fondos requeridos para funcionamiento de las instituciones y la ley.
El INAI no es lo que hubiera debido surgir de ella y su artículo 5to. Jamás se implementó con los catorce pueblos indígenas en los cargos directivos, tal como lo establecía la Ley y ustedes lo habían aprobado y peticionaron en el congreso de los Valles Calchaquíes y en El Bolsón.
Por estas y otras razones ustedes, AIRA, comenzaron una demanda que la justicia entendió válida y les dio la razón, imponiendo plazos y multas, que la parte demandada, el Estado Nacional, Administración de los Kirchner, ha desoído y desconocido sistemáticamente.
Creo estimado hermano que abrir instancias a nuevas discusiones para otras normas es reconocerles un genérico poder de veto o desacato a las leyes que no les son afines a sus intereses y diluir en el tiempo el esfuerzo, la lucha.
Pero esta es mi personal mirada sobre el tema. Creo que debería ponerse la atención en llevar a los estrados correspondientes el genuino reclamo que la justicia les reconoció y salir a la calle con esas banderas que ya tienen un gran camino recorrido y ganado.
La Suprema Corte de Justicia y de lo contrario a los estrados internacionales, a través del CMPI, denunciando lo que ocurre en Argentina.
Esto deberá estar acompañado con la carpa y otras formas expresivas y contundentes de lucha en Baires pero con la participación en la medida de lo posible, de los hermanos del interior.
Yo personalmente no creo en la creación de normas tras normas, que sólo dividen los criterios de aceptación de las leyes.
Creo en la implementación, reglamentación, divulgación y acatamiento de las reglamentaciones vigentes, que las hay y muy buenas.
Justamente ese es el argumento utilizado poder dividir para debilitar, desgastar y reinar.

La creación de un Fondo Nacional para el Desarrollo del Plan para la reparación histórica de los pueblos indígenas.
Legislar sobre un nuevo derecho real de la “Propiedad Comunitaria Indígena” como sujeto colectivo, conforme al art. 75 inc. 17 de la Constitución Nacional.
Incorporar a los Pueblos Indígenas Argentinos al Art 33 del Código Civil, como personas de carácter publico, dado a su preexistencia al Estado Nacional.
Darle jerarquía Constitucional por las 2/3 partes del Congreso al Convenio 169 ratificado por ley 24.071.


Los cuatro puntos enumerados en tu nota fueron contemplados en la Ley 23.302 y es una herramienta invalorable que, aún cuando es perfectible, debemos rescatar y exigir su correcta implementación.
Allí está el meollo de la cuestión y no en generar nuevos debates que instalen una nueva y permanente disputa con las áreas ejecutivas y legislativas del Estado.
Estimado hermano la última palabra es la de ustedes y siempre estaré a vuestro lado en la posición que asuman.
Manteneme informado.

Un gran abrazo

Ruben.

Carpa Aborigen en Congreso

CARPA ABORIGEN EN CONGRESO PARA EXIGIR LA SANCION DE LA LEY DE REPARACION HISTORICA DE LOS PUEBLOS INDIGENAS ARGENTINOS.
Representantes de distintas organizaciones indígenas, nos encuentramos desde ayer 17 de junio, en la Plaza Congreso, para exigir al Congreso de la Nación, la sanción de Proyectos de Ley de REPARACION HISTORICA DE LOS PUEBLOS INDIGENAS ARGENTINOS, presentado por la Diputada Silvia Vázquez, que ya tuvo la aprobación de varias comisiones, como la adhesión de numerosos legisladores de diversas bancadas.
Con tal objeto, se montara una Carpa Aborigen abierta a la participación de todos los indígenas para respaldar esta iniciativa, en el marco de las festividades y ceremonias del Año Nuevo Indígena, donde se dará información, se recibirá donaciones destinadas a las olvidadas comunidades del interior, y se abrió un registro de adhesiones para apoyar dicho proyecto que apuntan a:
· La creación de un Fondo Nacional para el Desarrollo del Plan para la reparación histórica de los pueblos indígenas.
· Legislar sobre un nuevo derecho real de la “Propiedad Comunitaria Indígena” como sujeto colectivo, conforme al art. 75 inc. 17 de la Constitución Nacional.
· Incorporar a los Pueblos Indígenas Argentinos al Art 33 del Código Civil, como personas de carácter publico, dado a su preexistencia al Estado Nacional.
· Darle jerarquía Constitucional por las 2/3 partes del Congreso al Convenio 169 ratificado por ley 24.071.
En 1994, en la reforma Constitucional, la Argentina reconoció por total unanimidad y aclamación de todas las fuerzas políticas, la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas y sus demás derechos fundamentales consagrados en el art. 75 inc.17 de la Constitución Nacional.
En 1997 mediante una consulta sin precedentes del Programa de Participación Indígena PPI y otras que se hicieron a los pueblos indígenas estos entregaron sus conclusiones al Estado en relación a lo que debe hacerse.
Desde aquel entonces, es el Estado, el Parlamento, sus instituciones, sus hombres tienen la obligación inexcusable de legislarlos, reglamentarlos, operativizarlos , y cumplirlos, convertir en hechos tales derechos, mediante acciones políticas que den cuenta de todos los derechos legislados a nivel nacional e internacional, para sacar a los pueblos indígenas de la marginación histórica que se les ha impuesto y por la salud moral de la República.
BUENOS AIRES, 18 de junio de 2010.
GABINO ZAMBRANO, Vicepresidente de la Asociación Indígena de la República Argentina

viernes, 11 de junio de 2010

"Los Rankülche sobre la huella de Mansilla"

El Siguiente material fue enviado por el Lonko Rankul (Foto), Victorica, La Pampa, German Canhue, actual presidente de la FICAR.


El Diario La ARENA, de La Pampa, aunque últimamente con algunos clarooscuros, es uno de los pocos medios que se ocupa y preocupa por la cuestión indigena. Diría que desde que decidimos nuestro retorno, allá por 1983. Y esta nota Editorial lo confirma. No siempre coincidimos, como cuando nos quiere endilgar el mote "mapuche". Con el mayor de los respetos por nuestros hermanos que decidieron aceptar ser denominados así, no somos ni seremos "mapuche" simplemente porque somos "rankülche", y estamos muy orgullosos de serlo. Con el apoyo de la Provincia de San Luis, hemos escrito un libro que se las trae. "Los Rankülche sobre la huella de Mansilla", llamado a ser un éxito editorial, no por el vuelo académico que pueda tener sino por la verdades documentadas que los lectores encontrarán en él, verdades que la historia oficial se cuidó muy bien de mantener ocultas y que ahora ven la luz. Por ejemplo el tema "tierras". Allí queda claro lo que bien dice "La Arena", no fué el triunfo de la civilización sobre la barbarie, sino la apropiación de tierras por y para unos pocos a costa de una Nación, habitante desde tiempos inmemoriales del Centro de la actual República Argentina, que no sólo quería vivir en paz sino que fué parte crucial, decisiva, aportando hombres y caballos para el ejército de San Martin que liberaron Chile y Peru, además se negó a firmar un Tratado con los españoles que a través de su territorio querían recuperar Buenos Aires dando fin de este modo a la revolución de Mayo, y sí lo firmó con las Provincias Unidas en Sudamérica, transformándose de este modo en la primera Nación Soberana en reconocer al Gobierno Patrio. Traicionada, al igual que aquellos primeros patriotas, el pago que recibió fué el despojo de su territorio, por testaferros que obedecían órdenes provenientes desde el otro lado del mar. Así siguió, así sigue, Argentina, y el continente. Latifundistas, terratenientes, multinacionales, además de llevarse todo lo que posea algún valor, hoy vienen por lo poco que nos queda. Con la complicidad de gobiernos que son cómplices por acción u omisión. La tierra que actualmente poseemos no servía para nada, apenas para que un indio pudiera subsistir. Hoy está teniendo algun valor. Y allí están los cuervos, que nunca dejaron de sobrevolarnos, dispuestos a abalanzarse sobre ella. Pero ahora no les va a ir bien. Estamos organizados. Tenemos leyes que nos costó mucho hacer aprobar, como la misma Constitución. No se aplican, pero están. Son operativas. La Justicia nos dá la razón. No podemos, no debemos, no vamos a ceder. Porque además estamos unidos. Mal que les pese a los muchos intentos que han hecho y se siguen haciendo para dividirnos, seguimos juntos. Y cada vez somos más. Y esto es un hecho irrebatible e irreversible. Que nos permite afirmar: "Basta, no nos provoquen. No queremos cometer el mismo error que cometieron sus antepasados. Queremos convivir. Las circunstancias actuales así lo exigen" No es justo que por la apetencia de unos pocos, como ocurriera en 1878, sufran las consecuencias muchos. Para aquellos que no están compenetrados en la historia, les hacemos saber que considerando los Tratados firmados entre nuestra Nación y el Estado Argentino que nos reconocía como Nación Soberana, sumado a que fuímos atacados sorpresivamente estando en vigencia un Tratado de Paz, que la Constitución de 1853 decía: "...conservar el trato pacífico con los indios...", que se apropiaron de nuestro territorio "sin nuestro consentimiento libre e informado", por lo tanto en forma ilegal, que jamás capitulamos, y finalmente, si Argentina se cree con derecho a reclamar el Territorio de la Islas Malvinas, por considerar que las poseia en el tiempo en que Inglaterra las usurpó, el mismo Derecho nos cabe a la Nación Rankül respecto a nuestro territorio. Casualmente el diálogo que Argentina reclama a Inglaterra, es el mismo que nosotros venimos reclamando al Estado Argentino. Y obtenemos por ahora la misma respuesta: El Silencio. Por lo tanto, a los potenciales usurpadores, les decimos: no sigan tirando de la cuerda. Esta puede llegar a cortarse. Amuchimai.

Germán Canuhé - Rankül - La Pampa - Centro de Argentina
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viernes, 4 de junio de 2010

Libertad a Pascual Pichún

Boletín de Indymedia Pueblos Originarios


Año 7 Edición 198 Viernes 4 de Junio de 2010



Libertad del preso político mapuche Pascual Pichún Collonao

Por Comision Pascual Libre Argentina - pascuallibrearg@gmail.com

Pascual Pichún Collonao es comunicador mapuche, tiene 27 años, es alumno de la Facultad de Periodismo de la UNLP, Argentina y se encontraba en el país desde 2005, tras haber obtenido por parte de las autoridades argentinas la residencia transitoria. Es alumno de cuarto año, es colaborador ad-honorem en la Secretaría de Derechos Humanos de esta unidad académica, e integra distintos proyectos de extensión de la UNLP. Como comunicador participa de varios espacios de comunicación en defensa de los derechos de los pueblos indígenas.
Fue detenido el 26 febrero del corriente año por personal de inteligencia de Carabineros en Temuco, Chile, está preso en la cárcel de Traiguén, junto a otros presos políticos mapuces. Chile tiene en vigencia la Ley Antiterrorista que impuso Pinochet, lamentablemente esta ley hoy se aplica en los conflictos políticos y es considerada por los organismos de Derechos Humanos como una herramienta de persecución y represión que ha elevado a más de 70 el número de detenidos mapuces. Esta ley viola la garantía al Debido Proceso, y permite que sean los Tribunales militares quienes juzguen a civiles, testigos “sin rostro”, lo cual viola abiertamente la independencia e imparcialidad, requeridas por los tratados de derechos humanos ratificados por Chile, entre ellos el Pacto de San José de Costa Rica. A la vez que desconoce otros instrumentos jurídicos que amparan los derechos de los Pueblos Originarios en el ámbito internacional como el Convenio 169 de la OIT, la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
Rodolfo Stavenhagen, Relator Especial de la Comisión de DDHH de la ONU sobre los pueblos indígenas, instó al gobierno chileno a no utilizar cargos tomados de otros contextos, como el terrorismo, "a hechos relacionados con la lucha social por la tierra y los legítimos reclamos indígenas". Pascual es considerado prófugo de la Justicia chilena desde 2003, cuando fue condenado a cinco años y un día de prisión, conjuntamente con su hermano Rafael. En esas circunstancias, fue procesado en un juicio claramente irregular, como autor de un atentado incendiario cometido a un camión maderero en el año 2002 en las cercanías del pueblo donde vive junto a su familia.
Paralelamente, incluso, al padre de Pascual se lo condenó con la Ley Antiterrorista que impone penas tres veces superiores para delitos comunes. En la actualidad, las comunidades mapuces denuncian que esta ley es usada exclusivamente para causas relacionadas con la movilización del pueblo mapuce en Chile, e identifican el caso de la familia Pichún como uno de los ejemplos más emblemáticos de persecución judicial y política por parte del Estado Chileno. Exigimos la libertad inmediata de Pascual Pichún y el cese de hostilidades a su familia y a su pueblo. No más presos políticos en Democracia, No a la Ley dictatorial antiterrorista que sirvió y sirve para reprimir militantes políticos e indígenas.
Exigimos que se respeten los derechos de los pueblos originarios en Chile ya que hoy padecen una ciudadanía restringida contraria a los valores y principios democráticos. Libertad A Pascual y a todos los presos políticos del Estado de Chile. No a la ley anti terrorista de Pinochet. Adhieren: Sumar adhesiones a pascuallibrearg@gmail.com
La Plata: programa especial por la libertad de PascualComisión Pascual Libre Argentina y Radio Estación Sur realizarán el domingo 6 de junio un programa especial por la libertad del periodista mapuche Pascual Pichún Collonao y de todos los presos políticos mapuche. Habrá diversas actividades -radio abierta, talleres, proyecciones, danza y música en vivo- a partir de las 14hs en Parque Saavedra.
Más información en pascuallibre.blogspot.com

miércoles, 12 de mayo de 2010

Respuesta (Comunicación final sobre el término "Originarios")

Estimado Ruben,

Muchas gracias por sus comentarios. Por cierto no estaba al tanto de la actual penetración mapuche pero no puedo menos que estar de acuerdo con su opinión sobre la invalidez del reclamo en base al "derecho ancestral".
Cordialmente
Hernán Otero

----- Original Message -----
From: Ruben Spaggiari
To: hernan.otero@speedy.com.ar
Sent: Thursday, May 06, 2010 10:29 AM
Subject: Respuesta
Estimado Dr. Otero
Generalmente estoy alerta a cuanto material se ofrece sobre la temática india y la moderna "Cuña Invasora" generada por el desenfrenado avance mediático de los grupos mapuches sobre territorio nacional y su reclamo de tierras por "derecho ancestral", "situación a derecho" inexistente, por la simple razón de ser de nacionalidad Chilena, si nos ajustamos al derecho impuesto. Este fue un demorado reclamo a R.M. Casamiquela quién se constituía en voz autorizada para dirimir el conflicto planteado por Bennetton y los Mapuche. De allí la razón por la cual se cuestiona el término “originario” en su acepción atemporal, tal como lo señalé. Esto nos enfrenta a un conflicto actual que tiene sus raíces históricas, ante el cual los “Profesionales” de las ciencias sociales tienen la obligación de conocer y divulgar en su justa medida. Según Raúl Mandrini no puede hablarse de “nacionalidad” chilena o Argentina con los grupos aborígenes. No estoy de acuerdo con ésta interpretación ya que incurre en el mismo error de usar este calificativo sin su ubicación espacio-temporal. Si hablamos de los aborígenes antes de 1810 se puede ignorar las nacionalidades que luego se les impondrían con la geopolítica y se los puede definir o identificar con sus propias nacionalidades étnicas. En cambio si hablamos de ellos luego de la independencia de nuestros respectivos países, ya delimitadas las fronteras que los contendrían, debemos reconocerles una nacionalidad jurídica, ajustada a derecho, como lo establecerían las nuevas divisiones geopolíticas del territorio del Cono sur, respetando siempre su identidad étnica y cultural. Estas cuestiones son independientes de los argumentos aceptados de antemano que establecen una permanente y ancestral relación entre los grupos indígenas en todo el territorio del Cono Sur, como bien lo reconocen todos aquellos que me precedieron y yo mismo en mis trabajos. Una cosa es la convivencia, intercambio, comercio, alianzas, etc, y otra muy diferente ingresar en un territorio, que ya conocían y les era familiar, con criterio invasor y apropiarse de él. Ellos, (los Mapuche) ingresan como “cuñas invasoras” hacia mediados del primer lustro del siglo XIX como lo establecen documentos existentes, así lo expreso en el ensayo de periodismo histórico “Un conflicto de Identidad” www.editorialfps.com.ar. Esta penetración se realiza en connivencia con hacendados y funcionarios políticos del gobierno de Buenos Aires, como usted ya sabe, quienes los utilizaron para combatir a los indígenas que se oponían férreamente a la usurpación de sus tierras, en particular los Mamülche – Rankul = Ranqueles y Tsonekas = Tehuelche. Los primeros, dueños de las tierras del centro de la República Argentina, desde las estribaciones cordilleranas hasta el Atlántico y desde el Río Salado y Río cuarto hasta el Río Colorado, donde comenzaba el territorio de los segundos, los Tsoneka, parcialidad Genena-Kuné, (Tehuelche Meridionales). Pueden reclamar por derecho treintañal, así los habilita el Código Civil Argentino, pero no por derecho ancestral que, como manifesté, no poseen. Esta posición no es antojadiza ni caprichosamente interesada, es la posición de los propios aborígenes del territorio Argentino, y como tal debe ser tenida en cuenta por las autoridades nacionales y en particular por los profesionales de las ciencias sociales encargados de divulgar y educar a la sociedad global e instruir a los educadores, responsables de las nuevas generaciones. Como usted ve Dr. Otero los errores del pasado marcaron a fuego la realidad presente y los hechos históricos adquieren su enorme trascendencia en la comprensión actual de dichos conflictos. Agudizados, claro está, por la enorme desidia y caprichosa política llevada adelante por los sucesivos mandatarios de turno que no son otra cosa que el mal reflejo de nuestra sociedad. Perdone usted la distracción de su tiempo y reitero mi cordial y afectuoso saludo. ígena, o de lo contrario me lo hacen llegar mis amigos, quienes en éste momento están preocupados por
Ruben A. Spaggiari

jueves, 6 de mayo de 2010

Indígenas: La Cuestión Mapuche y el término "Originarios"

Esta nota responde a la recepción dada por el Dr. Otero de mi primer nota que se encuentra a continuación y que obedeció a una nota de la revista Ciencia Hoy que escrubió el mencionado profesional, quién respondió muy cordialmente a mis observaciones sobre la cuestión indígena.
Estimado Dr. Otero
Generalmente estoy alerta a cuanto material se ofrece sobre la temática indígena, o de lo contrario me lo hacen llegar mis amigos, quienes en éste momento están preocupados por la moderna "Cuña Invasora" generada por el desenfrenado avance de los grupos mapuches sobre territorio nacional y su reclamo de tierras por "derecho ancestral", situación a derecho inexistente, por la simple razón de ser de nacionalidad Chilena, si nos ajustamos al derecho impuesto.
Este fue un demorado reclamo a R.M. Casamiquela quién se constituía en voz autorizada para dirimir el conflicto planteado por Bennetton y los Mapuche.
De allí la razón por la cual se cuestiona el término “originario” en su acepción atemporal, tal como lo señalé.
Esto nos enfrenta a un conflicto actual que tiene sus raíces históricas, ante el cual los “Profesionales” de las ciencias sociales tienen la obligación de conocer y divulgar en su justa medida.
Según Raúl Mandrini no puede hablarse de “nacionalidad” chilena o Argentina con los grupos aborígenes. No estoy de acuerdo con ésta interpretación ya que incurre en el mismo error de usar este calificativo sin su ubicación espacio-temporal.
Si hablamos de los aborígenes antes de 1810 se puede ignorar las nacionalidades que luego se les impondrían con la geopolítica y se los puede definir o identificar con sus propias nacionalidades étnicas.
En cambio si hablamos de ellos luego de la independencia de nuestros respectivos países, ya delimitadas las fronteras que los contendrían, debemos reconocerles una nacionalidad jurídica, ajustada a derecho, como lo establecerían las nuevas divisiones geopolíticas del territorio del Cono sur, respetando siempre su identidad étnica y cultural.
Estas cuestiones son independientes de los argumentos aceptados de antemano que establecen una permanente y ancestral relación entre los grupos indígenas en todo el territorio del Cono Sur, como bien lo reconocen todos aquellos que me precedieron y yo mismo en mis trabajos.
Una cosa es la convivencia, intercambio, comercio, alianzas, etc, y otra muy diferente ingresar en un territorio, que ya conocían y les era familiar, con criterio invasor y apropiarse de él.
Ellos, (los Mapuche) ingresan como “cuñas invasoras” hacia mediados del primer lustro del siglo XIX como lo establecen documentos existentes, así lo expreso en el ensayo de periodismo histórico “Un conflicto de Identidad” http://www.editorialfps.com.ar/.
Esta penetración se realiza en connivencia con hacendados y funcionarios políticos del gobierno de Buenos Aires quienes los utilizaron para combatir a los indígenas que se oponían férreamente a la usurpación de sus tierras, en particular los Mamülche – Rankul = Ranqueles y Tsonekas = Tehuelche.
Los primeros dueños de las tierras del centro de la República Argentina desde las estribaciones cordilleranas hasta el Atlántico y desde el Río Salado y Río cuarto hasta el Río Colorado, donde comenzaba el territorio de los segundos, los Tsoneka, parcialidad Genena-Kuné, (Tehuelche Meridionales).
Pueden reclamar por derecho treintañal, así los habilita el Código Civil Argentino, pero no por derecho ancestral que, como manifesté, no poseen.
Esta posición no es antojadiza ni caprichosamente interesada, es la posición de los propios aborígenes del territorio Argentino, y como tal debe ser tenida en cuenta por las autoridades nacionales y en particular por los profesionales de las ciencias sociales encargados de divulgar y educar a la sociedad global e instruir a los educadores, responsables de las nuevas generaciones.
Como usted ve Dr. Otero los errores del pasado marcaron a fuego la realidad presente y los hechos históricos adquieren su enorme trascendencia en la comprensión actual de dichos conflictos. Agudizados, claro está, por la enorme desidia y caprichosa política llevada adelante por los sucesivos mandatarios de turno que no son otra cosa que el mal reflejo de nuestra sociedad.
Perdone usted la distracción de su tiempo y reitero mi cordial y afectuoso saludo.

Ruben A. Spaggiari

Indígenas: La Cuestión Mapuche y el término "Originarios"

Estimado Dr. Hernán Otero
De mi mayor consideración:
Me dirijo a usted con la finalidad de proponerle una posible “mirada alternativa” a la cuestión indígena de nuestro territorio, toda vez que acabo de leer su artículo, o nota de fondo, de la publicación Ciencia Hoy, “Etnias Indígenas en los censos de Población”.
Indudablemente la nota de referencia refleja un acabado intento por comprender las instancias gubernamentales que conllevan la necesidad de realizar un conteo estadístico de la población indígena y la permeabilidad de estas para ingresar a formar parte de una estrategia estatal que los tiene solamente como datos estadísticos.
Los pueblos indígenas, más allá de su propia identidad étnica y de elucubraciones lingüísticas tienen una conciencia de pertenencia bien definida.
La necesidad de identificarlos o reconocerlos sin la posibilidad del previo conocimiento de la lengua creó un basto terreno de equivocaciones que preocuparon a más de un investigador o profesional del pasado reciente, el uso de gentilicios de todo tipo confundió y creó, para su divulgación generalizada, un esquema totalmente ficticio de identidades que debieron abordar más de un investigador en forma puntual y que llevó a R. Casamiqela, erróneamente a mi entender, a intentar una interpretación definitiva en su: “Rectificaciones y Ratificaciones, Hacia una interpretación definitiva del panorama etnológico de la Patagonia y área septentrional adyacente”.
Estimado Dr. Otero, lamentablemente nuestra soberbia y orgullo, me estoy refiriendo a la cultura occidental dominante en el Continente Americano, se trasunta en nuestras acciones y estas desde las instancias paternalistas del indigenismo gubernamental siempre intentaron desdibujar al aborigen.
Para lograrlo intentamos identificándolo con eufemismos, tal como México hacía antes de los levantamientos de Chiapas, liderados por el supuesto subcomandante “Marcos”.
Para el gobierno simplemente esas “Minorías Étnicas” eran “campesinos” identificación tendenciosa que intentaba desdibujar, debilitar, e ignorar los derechos que, ancestralmente y por el encuadre del “derecho romano” impuesto, se les reconocía por ser indígenas.
Nosotros aquí a la criolla solíamos llamarlos “paisanos” ahora simplemente el estado nacional los ignora.
Esa mentalidad o quizás las únicas políticas de Estado que siempre a mantenido el sistema sé a encargado de forjar a los indígenas en sí a los que usted refiere sin embargo después del Congreso de Olantaytambo en 1980 y del manifiesto de Fausto Reinaga que dio comienzo con el “Indianismo” en contraposición al indigenismo nacieron y se incrementaron exponencialmente los indígenas para sí en todo el continente y en particular en Sudamérica.
Ahora utilizando el término “originarios” continuamos con el viejo error temporal o cronológico que llevó a M.A.Vignati, preocupado y ocupado con definir la verdadera identidad de los pueblos precordilleranos y la región de Cuyo a exclamar en la Pág. 72-73-74 de la trascripción gráfica de su conferencia en la Segunda reunión de la Sociedad Argentina de Ciencias Naturales, Mendoza 1937: “Los Aborígenes de Cuyo” Buenos Aires 1940”
“ ... Antes de abordar el estudio de los pueblos que poblaron el suelo del antiguo territorio de Cuyo, considero imprescindible insistir sobre un hecho sabido por todos pero considerado por muy pocos.
Me refiero al olvido inexplicable del factor tiempo. Puede justificarse que el hombre no especializado no le de ingerencia en sus especulaciones porque ni siquiera sospecha el valor de la cronología, pero no así el investigador, el cual en todo momento debe pensar en las modificaciones que, a través de los siglos, por extinción, migraciones o, lo más frecuente entre nosotros, la mezcla abigarrada de grupos, debidas a las persecuciones de los conquistadores, han experimentado las culturas....”
Y continúa en otro párrafo: “... Puede tolerarse que la falta de información de los americanistas europeos les haga cometer estos tropezones, jocosos más que ridículos, mas no muestran poseer mayor discriminación quienes, entre nosotros, creen que el territorio argentino desde el punto de vista étnico es susceptible de ser dividido a manera de tablero de ajedrez y haciendo tabla rasa de los pisos geológicos y de los siglos anteriores y posteriores a la llegada de los españoles, etiquetan como de igual valor, al hombre fósil, la raza autóctona y los elementos inmigrados en tiempos históricos ...”
Lo que estamos haciendo hoy es continuar aquel viejo error que tanto irritaba a Vignati, con razón indiscutible, claro está, toda vez que éste se siguió cometiendo y acentuando durante todo el siglo XX situación que desató una inequívoca polémica entre los especialistas N.H.Palma y B. Dougherty sobre el concepto de periodificación, luego otro especialista debió salir al cruce de dicha polémica L. Orquera en “Relaciones” Sociedad Argentina de Antropología, Tomo VIII, nueva serie. Con su: “Acerca de los períodos y otras unidades conceptuales de periodificación”
Posteriormente y hacia la década de los años ochenta del siglo pasado el propio Luis Orquera con el gran maestro Ciro René Lafón y un equipo de colegas y colaboradores realizaron un trabajo sobre periodicidad que intentaba poner fin a estas controversias.
Sin embargo creo, modestamente, el error no radica en los conceptos sino en los compromisos que los individuos mantienen con el sistema de pertenencia y de que manera esgrimen aquellos conceptos.
Los pueblos indígenas reniegan del termino originario y se atienen a los expresado en el Art. 75, inc:17. De la reformada Constitución Nacional de 1994 cuando dice:”... Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas...” toda vez que se acepta como sinónimo aborigen en la acepción que nos dice que ambos vocablos definen a los nacidos en un lugar o paraje, en el que han vivido y nacido sus ancestros.
Si bien el término originario deviene de origen que define aquello de que una cosa procede o arranca, momento de su nacimiento, país donde uno a nacido o tuvo principio la familia o donde una cosa proviene. Obsérvese que el vocablo “momento” determina tiempo y como tal no deberá ser soslayado cuando se hable de los pueblos originarios, se deberá definir claramente a quienes y por sobre todo a ¿Qué Momento? Nos estamos refiriendo.
De lo contrario podríamos decir que nadie en el Continente Americano sería originario, ya que todos, hasta donde sabemos, provenimos de otras latitudes.
Al margen de ciertas cuestiones que crearon mi necesidad de hacer la presente ya que como es mi costumbre intento definir posiciones y esclarecer conceptos que puedan servir para definir acciones.
La nota en cuestión tiene la profundidad y captó mi interés ya que muy pocos han abordado la temática de los censos de población y como se inserta en ellos la cuestión indígena, que adolece de grandes fallas desde el censo de 1968.

Respetuosamente

Rubén A. Spaggiari


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